Programa Enhancing Mathematical Bridges between Spain and Latin America
Entrevista con José Seade, Premio Latinoamericano de Investigación en Matemáticas IMSA 2024 – Categoría: Liderazgo Matemático Latinoamericano
El matemático José Seade Kuri (Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM) es reconocido en la comunidad científica de Latinoamérica no solo por su trayectoria académica, sino también por su implicación en cuestiones institucionales o educativas. Doctor por la Universidad de Oxford (Reino Unido) en 1980 bajo la supervisión de Nigel Hitchin, es experto en las áreas de topología, teoría de singularidades y sistemas dinámicos, a las que ha hecho importantes contribuciones, con aplicaciones prácticas en otras ramas científicas.
Actualmente, combina su labor académica como profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la que forma parte desde 1980, con su cargo de presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, al que accedió en 2023 tras tres años como vicepresidente. También fue presidente de la Sociedad Matemática Mexicana entre los años 1986 y 1988, periodo durante el cual impulsó proyectos como la Olimpiada Mexicana de Matemáticas y las Escuelas de Matemáticas EMALCA, actividades de fomento del talento matemático. Además, ha sido coordinador del Laboratorio Internacional Solomon Lefschetz (CNRS, CONACYT y UNAM), director durante siete años de la Casa Matemática Oaxaca, filial de BIRS de Canadá, y director del Instituto de Matemáticas de la UNAM de 2014 a 2022, entre otros puestos.
Su extensa carrera e influencia en las matemáticas mexicanas y de Latinoamérica lo han hecho merecedor del Premio Latinoamericano de Investigación en Matemáticas 2024, en la categoría de Liderazgo Matemático Latinoamericano, en su primera edición. El galardón ha sido otorgado por IMSA (Institute of the Mathetical Sciences of the Americas), con el que colabora el ICMAT. La ceremonia de entrega de estos premios tuvo lugar en el marco del ciclo de conferencias Mathematical Waves Miami, celebrado a principios de año en la Universidad de Miami (EE. UU.).
Laura M. Iraola (ICMAT)
¿Cómo llegó al mundo de las matemáticas?
Me di cuenta ya tarde de que me gustaban las matemáticas, terminando lo que en México llamamos la preparatoria. Siempre me gustaron, de hecho, de adolescente, en la escuela solo me divertía con las matemáticas. Sin embargo, decidí entrar a la universidad a Actuaría, que es una carrera que hay en México que te abre más posibilidades de trabajo, pero solo duré dos semanas; me fui corriendo a Matemáticas.
¿Cómo acabó dedicándose a la investigación?
Mi pasión por las matemáticas realmente empezó cuando llegué a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Yo no sabía que existía la posibilidad de hacer una carrera investigadora, pero en allí conocí a grandes profesores, como Alberto Verjovsky o Santiago López de Medrano, que me hablaron de ideas, me enseñaron a pensar, y me dirigieron hacia la investigación.
¿Y por qué decidió investigar en el área de topología algebraica?
Porque cuando estaba en la carrera, realicé un viaje con mi hermano mayor a Oxford (Reino Unido) y me enamoré de la ciudad. Fue entonces cuando decidí que iba a hacer un posgrado allí porque estaba de profesor Michael Atiyah, uno de los grandes matemáticos. Conseguí estudiar allí, no directamente con él, pero sí con su grupo.
¿Y qué es lo que le llamó la atención de esta área?
La forma de pensar en topología me gustó mucho. En México tuve muy buenos profesores y los mejores pertenecían a esta área, eso me motivó mucho. Durante el doctorado, sin embargo, cambié de campo. Empecé en topología, pero terminé en una combinación de teoría de singularidades, sistemas dinámicos y lo que se conoce como grupos de Klein, grupos de transformaciones. Esas son las áreas a las que me he dedicado el resto de mi vida.
¿Con cuál de sus resultados se quedaría?
Mucha gente ha oído hablar de los famosos conjuntos de Julia y Mandelbrot, donde aparecen fractales. Forman parte de una teoría que se conoce como teoría de funciones racionales en una variable compleja, que es hermana de la teoría de grupos de Klein que mencioné antes. Sobre los grupos de Klein, básicamente lo que estudié son las transformaciones del plano que se conocen como inversiones. Es una teoría análoga a la de Mandelbrot, pero en varias variables, en más dimensiones. En esta área, junto con mi grupo de investigación de México, hemos obtenido resultados interesantes.
¿En qué se encuentra trabajando actualmente?
En varios artículos, tanto en teoría de grupos de Klein como en teoría de singularidades. Uno de ellos, a grandes rasgos, busca entender la geometría de variedades singulares. Una variedad diferenciable es un espacio que, por pedazos, se ve como si fuera un espacio liso, como si fuese un espacio euclidiano. Si tú estás viendo una esfera [variedad de dimensión 2], cada punto tiene un entorno que es casi como un disco [un pedazo de plano, el espacio euclídeo de dimensión 2]. Está un poquito curvado, pero básicamente es un disco, es homeomorfo a un disco. Una variedad, en general, tiene esa propiedad. Cada punto tiene un entorno que es como si fuera un disco de la dimensión correspondiente. Hay espacios que son así en casi todos sus puntos, pero no en todos. Un ejemplo es el reloj de arena: en casi cualquier punto, el reloj de arena es una variedad, pero en el vértice, no, ahí no tiene un entorno que parezca un disco, por más pequeño que sea su entorno. Ese es un ejemplo de una variedad singular.
El objetivo es estudiar estas variedades singulares, darles propiedades, poder compararlas, saber si dos variedades que parecen distintas lo son o solo lo aparentan. Eso genera problemas muy difíciles y la forma de estudiarlos es introduciendo invariantes, cosas que son fáciles de comparar y que te dan información al respecto. Yo trabajo en estudiar invariantes de variables singulares.
Dedicación a la comunidad científica de Latinoamérica
Es presidente de la Academia Mexicana de Ciencia desde 2023, tras tres años como vicepresidente, ¿qué le hizo presentarse a este cargo?
Miembros de la comunidad científica de México consideraban que yo podía ayudar, que tenía el perfil para ser presidente. Pensé que era una buena oportunidad de hacer cosas por México y decidí entrar en la Academia. Primero, durante tres años, lo hice como vicepresidente y, una vez que se cumple este periodo, pasas a ser presidente durante otros tres años.
¿Cuáles son los objetivos que se marcaron para desarrollar durante este mandato?
Cuando yo entré como vicepresidente, el panorama era muy diferente al actual. Entonces la academia tenía muy buen presupuesto y muchos programas interesantes para el país, así que la idea era fortalecer su actividad. Sin embargo, poco después, cuando estaba al cargo de la vicepresidencia, el gobierno cortó el presupuesto. Aquello me sirvió como entrenamiento para estar al frente de una Academia totalmente contraída. Ahora estamos viendo cómo hacer para que vuelva a recuperar su presencia nacional y vuelva a ser un motor de la ciencia en México.
¿Cómo está afrontando la comunidad científica esta situación?
Hay mucho entusiasmo y apoyo de la comunidad, también distintas instituciones nos están dando apoyo parcial, gracias a lo que estamos sobreviviendo y pudiendo reconstruir la situación. Yo soy optimista, no tenemos dinero aún del gobierno, pero hay promesas de que lo va a haber. A final de cuentas, toda crisis es una oportunidad y estoy seguro de que vamos a salir más fuertes.
¿Cuál es la situación de la investigación en México?
Es dura y muy difícil, pero creo que en general hay optimismo con respecto a lo que viene. La reducción de la financiación para la ciencia en general es un fenómeno que se da en toda Latinoamérica, a excepción, quizá, de Brasil, con el presidente Lula.
En México tenemos una comunidad matemática sólida y buena. Y, si comparo lo que hay ahora con lo que había cuando yo era estudiante hace unas décadas, es otro universo. Es mucho más fuerte, hay grupos de investigación en todas partes del país, hay matemáticos que destacan, hay buenos cursos… Ahora, aunque es bueno que los estudiantes se vayan al extranjero, no es necesario, mientras que en mis tiempos no existía la opción.
Hay una clara mejoría, pero también es cierto que estamos muy lejos de lo que podríamos estar si tuviéramos un apoyo real, lo cual se observa, por ejemplo, en una gran cantidad de excelente científicos mexicanos y latinoamericanos que se quedan en otros países.
Premio Latinoamericano de Investigación en Matemáticas IMSA 2024 al Liderazgo Matemático Latinoamericano
Ha recibido el Premio Latinoamericano de Investigación en Matemáticas, otorgado por IMSA en su primera edición, en la categoría de Liderazgo matemático, ¿qué cree que reconoce?
¿Qué quiere decir liderazgo? Es difícil definirlo, conlleva muchas aristas. Lo primero y central es que tiene que haber buenas matemáticas. Entre otras cosas, es un reconocimiento a mi carrera e investigación. Me ha tocado jugar un papel de liderazgo, y yo he tenido la fortuna de estar cerca de varios grandes líderes que me han influido mucho. Todos ellos comparten tres aspectos fundamentales: hacen −o han hecho− matemáticas de primerísimo nivel, son −o han sido− de una gran generosidad intelectual y tienen un compromiso con impulsar la matemática, no solo la investigación, sino también a las instituciones y a las personas.
Durante toda mi vida, he aspirado a hacer las mejores matemáticas, a apoyar a otros y a las instituciones, a crear infraestructura. Por ejemplo, muy joven, a los 32 años, como presidente de la Sociedad Matemática Mexicana, fui parte fundamental en la puesta en marcha de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas, que ha dejado huella profunda en el país. También fui fundador y director hasta 2022 del Laboratorio Internacional Solomon Lefschetz, un laboratorio del CNRS de Francia, el CONAHCYT (Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías de México) y la UNAM, que sirvió para fortalecer la relación académica con Francia. Además, fui director durante siete años de la Casa Matemática Oaxaca, que es una filial de BIRS de Canadá en México.
Sobre todo, he contribuido a crear grupos de investigación en México y he influido en la comunidad matemática de otros lugares, principalmente, de Brasil. La suma de todo ello, entre otras cosas, es lo que me ha llevado a conseguir este premio.
¿Y ha llevado a cabo también proyectos de divulgación?
No he estado tan metido en divulgación, pero, por ejemplo, ahora mismo sí estoy coordinando un proyecto en esa dirección: la publicación de una serie por Springer-Verlag, una de las principales editoriales de matemáticas, sobre geometría y topología de singularidades. Va a ser una especie de colección o enciclopedia de ocho volúmenes −de los cuales ya hay publicados cuatro− de más de 500 páginas y con contribuciones de más de 100 expertos de todas partes del mundo: España, Latinoamérica, Francia, Japón, China, Estados Unidos, Rusia, Alemania, etc. Cada capítulo es una introducción sobre cierta área de la teoría de singularidades. La idea es que esta colección sea un legado para las generaciones futuras.
Enhancing Mathematical Bridges between Spain and Latin America
Desde 2022, el ICMAT forma parte de IMSAC, consorcio de institutos y organizaciones que colaboran con el Institute of the Mathematical Sciences o the Americas (IMSA), institución creada con los objetivos de impulsar el avance y la comunicación del conocimiento en ciencias matemáticas y de fomentar el diálogo entre América Latina, Estados Unidos y el resto del mundo, con un enfoque especial en la comunidad hispana.
Esta colaboración es una de las iniciativas del ICMAT como parte de su compromiso de cooperación con instituciones académicas de América Latina para el desarrollo de la investigación y educación en matemáticas. En este sentido, el pasado mes de abril, el ICMAT, con el apoyo de IMSA, puso en marcha el programa Enhancing bridges between Spain and Latin America, una de las nuevas acciones lanzadas gracias a la consecución de la cuarta acreditación como Centro de Excelencia “Severo Ochoa” del Instituto.